Está científicamente demostrado que el plomo es un metal pesado tóxico que se acumula en el medio ambiente y en el cuerpo humano y resulta dañino para el sistema nervioso. Los niños son particularmente vulnerables a los efectos del plomo, puesto que su sistema nervioso aún se está desarrollando, y estudios estadounidenses indican que el plomo —incluso en cantidades extremadamente reducidas— puede afectar a la capacidad de aprendizaje e inteligencia infantiles. También puede reducir la fecundidad, puede ser cancerígeno, y es tóxico para organismos que habitan en el agua y en la tierra.
Puesto que el plomo se acumula en el medio ambiente, desde una perspectiva a largo plazo, sería ideal limitar en lo posible la cantidad total de plomo en circulación en nuestra sociedad.
Hace varios años la UE optó por prohibir o restringir el uso de plomo en muchos contextos: gasolina, pinturas, comestibles, juguetes, conducciones, equipos electrónicos, etc., y apostó por la utilización de materiales libres de plomo, lo que pone de manifiesto la concienciación europea respecto del problema, y parece razonable ampliar esta restricción y convertirla en una prohibición total en ámbitos en los que existen alternativas adecuadas.
Un ejemplo son las soluciones alternativas, en el caso de los materiales para tejados es el Wakaflex, un material con más de 20 años de historia que se adelantó a un problema de salud y medioambiental, dado que muchos de los puntos singulares de las cubiertas se resolvían con Plomo.
En definitiva, teniendo en cuenta el cuidado del medio ambiente y la salud de la sociedad, podemos concluir que Wakaflex es el producto estrella para la impermeabilización de puntos singulares en la cubierta.