La principal característica de una vivienda Passivhaus es la notable reducción del consumo energético, hasta un 75% menor que una vivienda convencional. De hecho, para considerar una vivienda Passivhaus debemos tener en cuenta cinco criterios relacionados con el mismo:
Para lograr estos resultados, el edificio se debe de construir (o rehabilitar) atendiendo principalmente a cinco características esenciales: un elevado aislamiento térmico de la envolvente que garantice una transmitancia térmica inferior a 0,15W/m2K; ausencia de puentes térmicos; hermeticidad; puertas y ventanas de altas prestaciones, y sistemas de ventilación con recuperador de calor.
De esta manera, los materiales que integran una vivienda construida bajo el estándar Passivhaus cobran especial importancia, ya que su papel contribuye a la disminución del consumo de energía.
La tendencia actual es incorporar a la construcción de la misma a aquellos que cuentan con un alto espesor, para garantizar su eficiencia energética. Sin embargo, en el caso de la cubierta –responsable de las pérdidas de un 30% de la energía en los edificios convencionales– además hay que tener en cuenta otros factores que podrían comprometer la integridad del aislamiento: la resistencia mecánica, la durabilidad y la impermeabilización.
El mercado pone a nuestra disposición sistemas y productos que nos ayudan a lograr los objetivos marcados, pero si buscamos un sistema completo y que no necesite de un mayor espesor para ajustarse a las exigencias de este estándar, las opciones se reducen. Nosotros nos quedamos con el sistema Tectum®-First, con el que se logra una notable mejora del aislamiento térmico.
Pero la mejora del aislamiento por sí misma no es suficiente para lograr el estándar Passivhaus. Dadas las características que debe de tener no sólo la cubierta sino todo el cerramiento del edificio, será necesario una máquina de ventilación con recuperación de calor (para garantizar la calidad del aire interior sin perder el confort) así como puertas y ventanas de última generación con las que reducir las pérdidas de temperatura.